Ambientalistas unen esfuerzos para rescatar a una leona marina con tira de plástico en el cuello

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Cuando los rescatistas identificaron en el mar de los Salish la presencia de una leona marina con una tira de plástico atorada en el cuello, la operación que requirió el trabajo conjunto de científicos, veterinarios y expertos en fauna marina de varias organizaciones se volvió su prioridad absoluta.

Todo comenzó cuando científicos de la Alianza de Vida Silvestre del Zoológico de San Diego, que se encontraban en la zona investigando orcas, detectaron a la hembra de Otariinae gracias a un dron. Desde el aire, confirmaron que el animal necesitaba ayuda urgente, ya que el deshecho plástico se le incrustaba en la piel.

“Suponemos que debe haber estado así durante un buen tiempo”, explicó el Dr. James Sheppard, científico en ecología de recuperación del San Diego Zoo Wildlife Alliance, en declaraciones a The Dodo For Animal People, una plataforma con enfoque emocional hacia el cuidado y la defensa de los animales.

Con el ejemplar localizado, se activó un operativo coordinado entre el equipo del zoológico, la Sociedad SeaDoc, el Museo de Ballenas y veterinarios del Acuario de Vancouver. De esa forma, ya en la ubicación, se procedió a sedar cuidadosamente a la leona marina para intervenir sin causarle daño ni provocarle pánico.

Un rescate complicado, pero exitoso

Según lo detallado en The Dodo, el sedante permitió que la mamífero no estuviera completamente dormida, lo que le permitió seguir respirando y nadando durante el procedimiento, lo que resultó fundamental para garantizar su bienestar.

“En este estado de completa relajación y calma, el equipo pudo acercarse lo suficiente para sostenerla junto a un bote y quitarle la correa de seguridad”, detalló el Dr. Sheppard.

Una vez que el plástico fue retirado, la leona marina fue liberada y monitoreada durante los siguientes 30 minutos con el objetivo de asegurar que se recuperara adecuadamente de la sedación. De esa manera, los expertos observaron su comportamiento y confirmaron que volvió a integrarse con su grupo.

“Nadó tranquilamente entre las algas durante un rato y luego regresó a las rocas para estar con el resto de los leones marinos”, agregó el Dr. Sheppard en la entrevista con The Dodo.

“Sin la ayuda de todos los rescatistas, la leona marina no habría sobrevivido a su terrible experiencia”, concluyó el medio citado.

Una tragedia causada por los deshechos humanos

En un video publicado en YouTube por la SeaDoc Society, el Dr. Marty Haldane, del Rescate de Mamíferos Marinos del Acuario de Vancouver, señaló: “El problema somos nosotros, ¿verdad? Es basura; es una lesión por interacción humana que podría prevenirse fácilmente. Eso es una cinta de embalaje, está en los paquetes que recibimos por correo y que alguien simplemente no desechó correctamente. Somos nosotros.”

Su colega Joe Gaydos, también de la SeaDoc Society, coincidió y añadió: “Sí, es una vergüenza. Quiero decir, imagina si fuera tu perro, ¿cómo te sentirías? Eso estaba estrangulando a ese animal allá afuera porque lo tiramos. Tuvimos suerte de poder quitárselo. Tenemos un equipo increíble de personas, pero debemos dejar de poner estas cosas ahí afuera.”

En este contexto, las cifras globales reflejan la magnitud del problema. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), se arrojan al mar aproximadamente 13 millones de toneladas de plástico cada año, lo que provoca la muerte de alrededor de 100 mil animales marinos anualmente.

La organización internacional detalló que las tortugas confunden las bolsas con medusas, y muchas aves marinas tienen sus estómagos llenos de objetos plásticos. Los arrecifes de coral también se ven afectados, y la contaminación plástica continúa expandiéndose.

National Geographic, por su parte, advierte que las mismas propiedades que hacen de éste un material útil, es decir, su durabilidad y ligereza, lo convierten en una amenaza para la vida silvestre.

“Los plásticos de usar y tirar son los peores”, señala Matthew Savoca, biólogo marino de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), haciendo referencia a objetos cotidianos como los popotes, botellas y bolsas de plástico.

Hasta la fecha, existen registros documentados de que más de 700 especies marinas han ingerido plástico o han quedado atrapadas en él.