Probablemente sea el templo más antiguo del mundo: el conjunto monumental de Göbekli Tepe, en el sureste de Turquía, tiene casi 12 mil años y marca la época en la que la humanidad estaba descubriendo la domesticación de animales y el cultivo de plantas, base para su futuro desarrollo.
La árida colina, a una docena de kilómetros al noreste de la ciudad de Sanliurfa, alberga varias estructuras circulares formadas por una decena de pilares de piedra, tallados en forma de T, de hasta 5.5 metros de alto. Y aunque hasta hoy sólo se han excavado cuatro conjuntos, los análisis hechos mediante georradares indican que todavía hay otros 16 bajo tierra.
Pero lo más llamativo no es el tamaño de los monolitos, sino su decoración: relieves y grabados de zorros, toros, leones, grullas, patos, serpientes y alguna vez humanos, una fauna tallada en la piedra calcárea en una era sin metales. Sólo con herramientas de basalto o sílex.
La Unesco registró el año pasado a Göbekli Tepe como Patrimonio Cultural de la Humanidad y, desde entonces, el sitio se ha abierto a las visitas y se construyó un acceso para visitantes y toldos que protegen el conjunto.
Fuente: Excélsior