La visión del pintor y muralista Diego Rivera (1886-1957) ataviado de chamarra, overol de mezclilla y palicate al cuello ha quedado en el imaginario popular.
Ahora el público podrá conocer el guardarropa ampliado del artista nacido en Guanajuato en la exposición Diego Rivera. Genio, figura y silueta,que reúne 230 piezas, incluidas 75 prendas (trajes, sombreros, pijamas, batas, calzado y bastones), además de pinturas, fotografías, caricaturas, dibujos y gráfica montada en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo.
La posibilidad de revisar esos objetos del artista como testimonio histórico, llenos de información y simbolismos, llevó al curador Renato Camarillo Duque a plantear la muestra. El conjunto de indumentaria permaneció almacenado 30 años en el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Aunque los trabajos de restauración de las piezas llevaron unos nueve meses, Camarillo Duque dijo en rueda de prensa que los textiles estaban en buenas condiciones ‘‘claro, con polvo acumulado y algunas manchas. Hay que distinguir entre una mancha de grasa y una histórica”, es decir, ‘‘una huella del tiempo en el objeto”, como ‘‘un rastro de sangre en una bata de algodón de hospital o de óleo en una prenda que Diego utilizó cuando pintó un cuadro emblemático. Una huella de uso en un zapato también se respeta, porque lo dota de valores”.
Al hacer un tratamiento de restauración, añadió el curador, se necesita practicar un estudio científico de los materiales; por ejemplo, de dónde provienen las fibras, si es algodón o lino, para saber con qué se debe lavar, con un baño acuoso o un disolvente orgánico o por inmersiones en superficie para que no salgan las manchas históricas. Para el planchado también hay varias técnicas.
De los dos centenares de prendas, el curador hizo una selección con base en imágenes tanto de fotografía como de pinturas. Si la mayoría de la ropa es de la última etapa de la vida de Rivera, hay un pantalón bombacho exhibido junto a fotografías de su infancia que no se sabe a ciencia cierta si le perteneció. Todo lo demás sí.
Camarillo Duque explicó a La Jornada que ese pantalón es muy parecido al que retrata Rivera en el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central.
La colección comprende 10 piezas de ropa interior del pintor que no se van a exhibir, aunque sí se incluyen en el catálogo. Tampoco los accesorios para sujetar calcetines.
El curador dijo que Rivera tenía un cuerpo ‘‘desproporcionado: manos pequeñas, pies grandes (por lo general sus botines eran de Estados Unidos y después de Rusia), piernas largas, un vientre amplio y hombros caídos”. Un texto que sirvió mucho fue uno que hizo Frida Kahlo, en el cual la pintora revela mediante letras el aspecto físico y emocional de su marido, de una manera objetiva y con humor. La muestra también toma en cuenta cómo la silueta del artista ‘‘evolucionó” con el tiempo.
Para el especialista, Diego Rivera en sus muchas facetas es un personaje inagotable. El artista cuya obra está catalogada como monumento histórico es parte de un periodo relevante de desarrollo, de identidad nacional. Es un parteaguas en el entendimiento de la historia de la plástica mexicana, pues ayudó a posicionar al país en primera línea en el mundo.
Revisar a un artista desde su indumentaria no es común en México, porque la ropa hasta hace poco se consideraba objeto cotidiano, apuntó Camarillo Duque.
El Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo se ubica en Altavista, esquina Diego Rivera, San Ángel Inn. La muestra Genio, figura y silueta concluirá el 23 de septiembre.
Fuente: la Jornada