Redacción
El caso de la saxofonista María Elena Ríos Ortiz está cada vez más entrampado debido a los constantes cambios de jueces, quienes abandonan la causa por el hostigamiento y la violencia que ejerce la presunta víctima y su abogada, en la exigencia del fallo a su favor, ante la millonaria cifra por el concepto de reparación del daño.
Luego de que la Sala de Justicia Indígena y Quinta Sala Penal Colegiada del Tribunal Superior de Justicia del Estado resolvió sobre la recusación que interpuso María Elena Ríos Ortiz, en la causa penal 553/2019 señalando que “resulta notoriamente improcedente” y, por tanto, la juez María Teresa Quevedo Sánchez podía continuar con el mismo, la juez decidió abstenerse de seguir conociendo de dicha causa penal.
Quevedo Sánchez decidió abstenerse de seguir en el caso, al considerar que ha sido víctima de violencia hacia su persona, “al ser agredida por la víctima y su asesora jurídica; tanto en medios de comunicación como en noticieros televisivos y redes sociales”, situación que es recurrente en ellas cuando no les dan la razón.
Y es que, como es su costumbre, por medio del chantaje buscan reflectores que les sirvan para seguir ejerciendo presión y obtener las jugosas ganancias que les han redituado la vida cómoda y de lujos que jamás habían tenido, por lo que siguen solicitando un juez “a modo” que falle a su favor.
En un acuerdo tomado el 11 de diciembre pasado, la juez del Tribunal de Enjuiciamiento Unitario del circuito judicial de Huajuapan de León, expuso la serie de cuestionamientos públicos infundados de que ha sido objeto, “sin permitirme por lo menos expresar una palabra de mi función jurisdiccional y donde de manera unilateral, me han señalado como parcial”.
Tácitamente la funcionaria acusa un linchamiento mediático en su contra promovido por Ríos y su abogada Diana Cristal González, quien ha acudido a diversos programas de televisión, señalando que la jueza tiene antecedentes públicos de haber absuelto a feminicidas y que, incluso, se ha fotografiado con la defensa del agresor mientras están en fiestas, situación de la que nunca han presentado pruebas.
Señala que los cuestionamientos en su contra no tienen sustento y por ello, en su acuerdo establece que “me ha afectado en mi esfera personal en mi vida diaria, ante comentarios de personas con información parcial, lo cual me ha provocado tomar decisiones que han cambiado mi vida para cuidar a mi persona y de mi familia”.
No es la primera juez que decide abandonar el caso por agresiones y violencia en su contra, también el juez Teódulo Pacheco Pacheco, se separó del caso por insultos y agresiones verbales de la saxofonista que se ha convertido en victimaria y en una mujer intransigente y déspota que no busca justicia sino venganza, como consta en muchos de sus actos públicos y privados.
La vida de escándalo que lleva Ríos Ortiz no es tema nuevo, quienes la conocen lo establecen como su modo de vida, basta recordar la reciente acusación que hizo contra el afamado actor Tenoch Huerta, a quien acusó de “violentador y depredador sexual”, también buscando un beneficio económico.