Carolina Espina
Envuelta en un rebozo que le cubría medio cuerpo, pero dejaba ver su rostro curtido por los años, doña María Faustina aguardaba en silencio. Sus ojos, cansados pero firmes, miraban curiosos a la multitud. Hace muchos años que este, su pueblo, no se veía con tanta algarabía. Era una fecha especial, regresaban aquellos que desde hace casi nueve años, habían huido de la violencia por conflictos agrarios, dejando atrás prácticamente toda su vida.

El aire frío característico de las montañas oaxaqueñas, se mezclaba con las notas alegres del jarabe mixe que brotaba de los instrumentos de la banda de jóvenes músicos de la agencia Guadalupe Victoria, de San Juan Juquila Mixes, los ayuuk, quienes amenizaban el acto protocolario del retorno de sus paisanos, en la explanada municipal.
Para la comunidad mixe este no era un día cualquiera. Era la fecha que marcaba un precedente en Oaxaca, 63 familias regresaban finalmente a su tierra. Hombres, mujeres, jóvenes y niños volvieron cargando bolsas, cobijas y recuerdos, contentos con la esperanza de iniciar una nueva etapa en este pueblo que los vio nacer. “Ya estamos de vuelta… aunque el alma nunca se fue del todo”, señalaron.
Regresan 63 familias, de 120 desplazadas
La salida de las familias de la comunidad de Guadalupe Victoria, ocurrió el 7 de enero de 2017, cuando se agudizaron los enfrentamientos con la comunidad vecina de San Pedro Ocotepec, por un añejo conflicto por límite de tierras. Fueron albergados por habitantes de la cabecera municipal, San Juan Juquila Mixes, quienes durante casi nueve años ayudaron a buscar una solución para lograr el retorno a su comunidad.
Este martes, un contingente de funcionarios del Gobierno del Estado, encabezado por el gobernador Salomón Jara Cruz y por el secretario de gobierno, Jesús Romero López, acudieron al lugar para atestiguar este retorno, el cual representa una acción importante en materia de derechos humanos y construcción de paz.

“Somos testigos de un acto histórico que hoy se lleva a cabo, es la primera vez en el estado que un gobierno planea, diseña y pone en marcha un proceso de construcción de paz y retorno asistido, digno y seguro para las familias. No hay antecedente en Oaxaca de una situación similar, pero se trabaja para que en ninguna comunidad haya desplazados”, sostuvo el mandatario.
Y es que en esos ocho años, en Guadalupe Victoria fueron suspendidos los servicios básicos como educación y salud, dejando a la deriva a demás habitantes que se resistieron a abandonar su comunidad y se quedaron resistiendo la falta de atención de las autoridades estatales. Esta vez, la situación fue observada por organismos protectores de derechos humanos como el Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
En su participación, el titular de la Secretaría de Gobierno (Sego), Jesús Romero López, destacó que en este acto de reconciliación, en el que 63 familias de un total de 120 se incorporan nuevamente a la vida de su comunidad, se brindará el acompañamiento del Gobierno de Oaxaca para impulsar el progreso y la paz.
Por su parte, el agente municipal de Guadalupe Victoria, Indulgencio Flores y el secretario comunitario, Amado Rodríguez Pérez, expresaron sentirse contentos de haber alcanzado la paz y que las familias desplazadas hayan regresado a sus casas, a pesar de la tragedia de las vidas perdidas en el transcurso del conflicto.

“Porque este amanecer no estará completo hasta que el último de nuestros hermanos y hermanas desplazados puedan también regresar a su hogar. No podemos hablar de retorno pleno mientras falten familias por abrazar su tierra y por reencontrarse con su historia”.
Reconoce ACNUR modelo implementado
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Daniel MacGuire, de visita en Oaxaca para atestiguar el retorno de las familias mixes, dijo que este hecho es un ejemplo para atender el desplazamiento forzado interno a nivel mundial.
Destacó cuatro elementos claves de buenas prácticas llevados a cabo, la atención y respuesta directa a quienes tienen necesidades específicas, como personas mayores y con discapacidad; el libre movimiento, ya que es un proceso de va y viene que no se termina en un solo día, la coordinación entre los tres órdenes de gobierno y el compromiso a largo plazo, toda vez que se dará continuidad para garantizar la seguridad en la comunidad y el acceso a los servicios básicos.
“Estos cuatro elementos se pueden repetir no solo a nivel nacional sino también internacional. Este hecho no pasa muchas veces y menos en cumplimiento directo con la comunidad y principios rectores”, dijo.
Este es el primer proceso de retorno de familias en México: planeado, ordenado, participativo, basado en los principios rectores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y con el acompañamiento de la ACNUR. No existe otro precedente en el país con estas características.

Estas acciones se suman a la reciente aprobación de la Ley para Prevenir, Atender y Reparar Integralmente el Desplazamiento Forzado Interno en Oaxaca; que convierte a la entidad en la quinta del país en contar con una legislación en la materia, pero la primera en elaborarla a través de un proceso de consulta.
De acuerdo con datos de las autoridades estatales, en el estado de Oaxaca se han documentado 23 casos de desplazamiento forzado, afectando a 3 mil familias que se han visto obligadas a dejar sus patrimonios para huir de la violencia.








































