Las averías en las instalaciones del edificio Prisma, donde se ubican las oficinas del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), produjeron ayer un paro de labores. Durante más de cinco horas, trabajadores del organismo clausuraron de manera simbólica el inmueble e impidieron el acceso a los empleados, en demanda de la reparación de las fallas que han detectado en el edificio.
A partir de las 06:00 horas, los trabajadores colocaron pancartas en torno a la entrada del edificio: “Clausurado por poner en riesgo la vida de los trabajadores”, se leía. El problema comenzó el jueves pasado, cuando una descompensación en el suministro de energía provocó una falla en uno de los elevadores del edificio. Un caso similar que dejó a una empleada lesionada, recordó Heriberto Cerón, representante de los trabajadores, se había suscitado ya en octubre del año pasado.
La semana pasada, sin embargo, los trabajadores habían acordado con las autoridades del INBA que esperarían hasta hoy para que se les presentaran dos dictámenes, uno sobre el estado de los elevadores y otro sobre el suministro eléctrico. A decir de Francisco Albarrán, integrante del Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores del INBAL, los miembros del Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores de la Secretaría de Cultura (SNDTSC) decidieron adelantar la protesta.
El cierre de las instalaciones, que se prolongó hasta el mediodía, presionó para que las autoridades accedieran a dialogar. Albarrán dijo que en la reunión el INBA se comprometió a presentar, junto con la empresa OTIS, un calendario para llevar a cabo la sustitución paulatina de los ascensores. Asimismo, señaló, les presentarán un dictamen “elaborado por una empresa independiente”, en el que se informe sobre las condiciones generales del inmueble.
El edificio Prisma es ocupado por el INBA desde septiembre de 2013. El inmueble, señaló Cerón, “es un edificio viejito con buena estructura; aun así solicitamos un cambio de sede, pero esta solicitud no quedó asentada en la minuta”.
Fuente: La Jornada