En Guadalajara, el artista colombiano Federico Uribe descubrió que podía crear arte a partir de materiales considerados “desperdicio”, como lápices de colores usados, balas, muletas, ganchos para ropa y hasta carcasas de celular.
“Yo viví por nueve años en Guadalajara, en ese momento era pintor, hacía realismo religioso. Soy ateo. Y ahí descubrí que México es un país que se expresa con objetos: para cada fiesta hay un objeto, para cada ocasión tienen un objeto. Para un político que se equivoca le hacen un objeto. Es un país figurativo, se expresan con algo tangible”, destacó.
Así, recuerda que le impactó que para el Día de Muertos hay un pan representativo. Para Navidad, un adorno específico; para las fiestas patrias, diseños con la bandera; para políticos y famosos, una piñata. “Los mexicanos siempre tienen un objeto, ya sean los que traen de China o los propios. Uno va al mercado y se da cuenta de que hasta en eso el pueblo mexicano quiere ver todo bonito: las naranjas en pirámide, las fresas en canastillas. Todo acomodado conforme a colores y texturas. Eso tuvo una influencia muy importante que me hizo pensar en los objetos. Y comencé a comprar tenedores de colores, elementos con mucho brillo y así empecé a armar mi trabajo”, puntualizó.
Actualmente tiene en exposición un gran arrecife hecho con objetos como envases, hilos y latas, en el Palazzo Bembo de Venecia, y en diversas exposiciones que ha hecho en Colombia y Nueva York, ha presentado un zorro hecho con balas o un paisaje urbano con celulares desechados.
En su estancia en NY, el colombiano tuvo como mentor a Luis Camnitzer, quien lo impulsó a que tuviera residencias académicas en diversas ciudades de Cuba, Reino Unido y Rusia.
Fuente: Excélsior