Según una investigación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), es probable que el mundo supere el nivel de 1.5 grados Celsius de calentamiento global en al menos uno de los próximos cinco años.
Existe un 66 por ciento de probabilidades de que las temperaturas mundiales superen ese nivel antes de 2027 y que, en adelante, esto ocurra con una frecuencia cada vez mayor. Los 1.5 grados es el límite fijado en el acuerdo climático de París que ayudaría a mitigar los peores efectos del cambio climático.
Las temperaturas globales están aumentando a un ritmo récord y eso va a continuar. Se espera que en los próximos meses se instaure un episodio de “El Niño”, lo que generalmente aumenta las temperaturas mundiales en el año posterior a su desarrollo.
Solo un pequeño grupo de países del G20 están haciendo lo suficiente para mantenerse en línea con los 1.5 grados, según un informe de BloombergNEF, un claro recordatorio de que será necesario implementar políticas más fuertes para mantener el calentamiento global por debajo del objetivo del Acuerdo de París a largo plazo.
A pesar de los efectos del enfriamiento de “La Niña”, que ha ayudado a mantener bajas las temperaturas en los últimos tres años, se siguen batiendo récords. En julio pasado, las temperaturas en el Reino Unido alcanzaron un máximo histórico de 40.3 grados Centígrados.
Este año ya se están observando nuevos máximos: España y Portugal experimentaron su abril más caluroso en registros. El final de este ciclo de enfriamiento y el inicio del fenómeno de “El Niño” junto con otros efectos relacionados con el clima provocarán aumentos de las temperaturas.
“Se prevé que las temperaturas medias mundiales seguirán aumentando, lo que nos alejará cada vez más del clima al que estamos acostumbrados”, dijo Leon Hermanson, experto del Servicio Meteorológico del Reino Unido.
Los patrones de lluvia también cambiarían de acuerdo con la investigación, que señala que partes de Australia recibirán menos precipitaciones durante los próximos cinco años, mientras que se espera que el norte de Europa, el Sahel y Alaska experimenten un aumento de las precipitaciones.