El espacio virtual será el escenario de la celebración este año de la lucha contra la LGTBIfobia. Desde los balcones, a través de las redes sociales y con las campañas digitales, esta jornada volverá a servir un año más para reivindicar una sociedad diversa, libre y sin miedo. Una demanda que sigue siendo incuestionable en un mundo en el que hasta 70 países siguen teñidos por la desigualdad de género o sexo y en el que ser gay o lesbiana es ilegal o incluso mortal.
El origen de este día internacional se origina el 17 de mayo de 1990, cuando la Organización Mundial de la Salud retiró la homosexualidad de su clasificación de enfermedades mentales. Tuvieron que pasar varios años más para que en 2018 también se retirase de esa vergonzosa clasificación a la transexualidad. Un “más vale tarde…” que sin embargo sigue siendo reprochable y doloroso para el colectivo.
En nuestro país hasta finales de la década de los años 80 se mantuvo vigente la ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, resquicio del franquismo, que consideraba necesario “defender a la sociedad contra determinadas conductas individuales que, sin ser, en general, necesariamente delictivas”, entrañaban “un riesgo para la comunidad” y que atacaba directamente a personas gays, bisexuales o trans.
España, un referente en la lucha por los derechos LGTBI
Desde entonces han cambiado muchas cosas. El punto de inflexión fue el 3 de julio de 2005, año en el que España se convirtió en el cuarto país del mundo en aprobar el matrimonio gay y uno de los primeros en regular las adopciones por parte de parejas homosexuales. Asimismo, hace años que en nuestro país se combaten los delitos de odio hacia la comunidad LGTBI y la discriminación en el trabajo.
En 2011, España se convirtió en el segundo país europeo en el que el colectivo LGTBI tenía reconocidos más derechos y figuraba entre los países más avanzados del mundo en cuanto la protección de los derechos de los homosexuales.
Sin embargo, ocho años después, en 2019 nuestro país se quedaba fuera de la lista de los 10 primeros y se registró un aumento en los delitos de odio. En comunidades como Asturias, Cantabria, La Rioja y las dos Castillas no hay legislación que impida discriminaciones por orientación sexual o género. Algo que tampoco existe a nivel estatal y que se ha convertido en una de las principales reivindicaciones de federaciones y colectivos sociales LGTBI.
Con información de RTVE