Integrantes del Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Sinitinbal) se manifestaron este miércoles frente al Palacio de Bellas Artes en demanda de un aumento salarial de 3.35 por ciento.
“La manifestación es pacífica, no contemplamos impedir el acceso a este recinto. Sin embargo, curiosamente, cuando decidimos partir de aquí rumbo al Museo Nacional de Arte (Munal), las autoridades retiraron al personal (de este último) porque supuestamente lo están fumigando”, precisó a La Jornada su secretario general, Francisco Albarrán.
Por su parte el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) emitió un comunicado para informar al público la suspensión de la Noche de Museos, acto programado en el Munal. “También, añade el boletín, se cancela la presentación del Ballet Folklórico de México en el Palacio de Bellas Artes”, aunque esa función, programada a las 20:30 horas, si se llevó acabo.
Algunas de las consignas que escribieron los manifestantes en más de 10 mantas fueron dirigidas a la directora del INBAL, Lucina Jiménez López: “Para Lucina el patrimonio histórico es fierro viejo; Si hay una pandilla en Bellas Artes su jefe es Fuentes Burgos; Págame Inbal no me jinetees mi dinero, y Lucina Lucina ya sal de tu oficina”.
“Desde hace casi ocho días, acordamos con el secretario general del Inbal, Pedro Burgos Fuentes, el aumento salarial. Sin embargo, hasta ahora, sólo ha evadido nuestras peticiones. Pese a que nuestros movimientos son pacíficos sin afán de ofender a terceros, los medios de comunicación y las mismas autoridades han desvirtuado nuestras acciones. No hay una actitud de vandalismo o delincuencia”, explicó Albarrán.
Aunque los accesos principales al Palacio de Bellas Artes fueron cerrados a las 18:00 horas, los policías nuevamente abrieron las puertas, una hora más tarde, sin que los manifestantes impidieran el paso al público.
Los visitantes pueden pasar libremente al Palacio de Bellas Artes aunque el Museo, donde se presenta la exposición Brassaï. El ojo de París, permanece cerrado.
Fuente: La Jornada