Para Manuel de Esesarte viajar en moto es mucho más que una forma cómoda de movilidad.
Es disfrutar de cada calle, cada agencia de la ciudad de Oaxaca que lo vio crecer… y por eso, su vehículo le acompañó en los 30 días de su campaña proselitista rumbo a la presidencia municipal.
“La manumoto” como le ha llamado la gente a la motoneta blanca en la que se traslada Manuel, ya es ahora conocida en la ciudad. Desde sus vehículos los conductores o pasajeros del transporte urbano envían saludos afectuosos al candidato.
Manuel de Esesarte tiene mucho a su favor en esta contienda. Es un ciudadano sencillo, amable, la gente lo conoce desde siempre y lo respalda porque sabe de su honradez y honorabilidad.
Sin escoltas ni camionetas ostentosas que le custodien, llega hasta la colonia más alejada, donde después, casa por casa, saluda a las familias y habitantes para hablar de sus cinco ejes de campaña.
La manumoto, propiedad de su esposa, Rocío Ranz, le ha acompañado desde el 2010. Le ha dado batalla en la campaña, la vespa ha sido parte de las largas jornadas del candidato, quien se da tiempo para escuchar a todos sin distingos.
“Oaxaca es una ciudad para disfrutarla, no para andar en el tránsito engorroso; mi vehículo es versátil, me permite recorrer y llegar temprano a mis reuniones. Estar cerca de los habitantes”, comenta el candidato priista.
La gente durante la campaña no deja de sorprenderse cuando lo han visto llegar a las colonias a bordo de la motoneta, junto con su esposa Rocío, ambos con el casco bien puesto, tan firme como el compromiso que tienen con la ciudad de Oaxaca.
Manuel de Esesarte ha marcado la diferencia en su campaña. Va refrendando simpatías en quienes lo han acompañado en su trayectoria profesional.
Una campaña, opina, no necesita de la opulencia para generar confianza y ser un buen presidente municipal.
Así lo ha hecho, así lo recuerda la sociedad que el próximo 1 de julio volverá a dar su voto al PRI para que gobierne Manuel de Esesarte la ciudad de Oaxaca.