Un grupo de 300 creadores y artistas mexicanos emitió este sábado un pronunciamiento en el que externa su profunda preocupación y rechazo ante la manera improvisada e inaceptable en que funcionarios públicos de la nueva administración cultural han conducido el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).
Ante lo que consideran una amenaza de que se pretenda imponer una visión errónea de la institución, plantean en la misiva siete observaciones y exigencias, entre ellas el rechazo a la eliminación de las convocatorias periódicas y la implementación de una convocatoria permanente, así como la instrumentación de montos y periodicidades diferenciados para creadores beneficiarios, determinados por comisiones dictaminadoras.
El documento está dirigido a la secretaria de Cultura del gobierno federal, Alejandra Frausto, a creadores y trabajadores del arte y la cultura, y a la opinión pública en general; entre quienes lo suscriben se encuentran reconocidas figuras en diferentes campos de la creación, como el compositor Mario Lavista, el poeta David Huerta, la fotógrafa Graciela Iturbide y los artistas visuales Alberto y Francisco Castro Leñero.
Los firmantes –entre los que aparecen escritores, pintores, músicos, cineastas, bailarines, actores, fotógrafos e intérpretes– se dicen preocupados por las anomalías ocurridas en los últimos meses en la institución.
“La actuación del todo improcedente del que fuera su secretario ejecutivo, el escritor Mario Bellatin, quien intentó poner en marcha un proyecto improvisado e inoperante de ‘refundación’; el despido arbitrario de personal altamente capacitado de áreas completas de trabajo; la cancelación de compromisos adquiridos –con presupuestos asignados–, como el primer encuentro de Jóvenes Creadores, y la postergación sin aviso de los resultados de la convocatoria México en Escena, de la cual sólo 8.7 por ciento de los proyectos pasaron la fase administrativa”, explican.
Denuncian que en el material institucional que se presentó en el foro Objetivos de refundación existen puntos que ponen en peligro la naturaleza del Fonca, la libertad artística de creadores y marchan en sentido contrario a la transparencia, democratización y equidad en el uso de recursos públicos.
“Estos cambios –argumentan– implicarían, inevitablemente, la discrecionalidad en el uso de recursos públicos, la opacidad en la información, un trato inequitativo y, en los hechos, la institucionalización de privilegios indebidos.”
Rechazan, además, “la modificación de las comisiones de selección, eliminando el sistema de ‘juicio entre pares’ que prevalece desde la fundación del Fonca, para incorporar agentes externos a ellas como francos actores políticos (académicos, gestores culturales y hasta funcionarios), para determinar a beneficiarios con la clara intencionalidad de que sea el Estado el que los determine, poniendo en grave riesgo la libertad de expresión de creadores y artistas”.
En uno de los puntos se califica de “totalmente inaceptable el linchamiento orquestado por los funcionarios de la Secretaría de Cultura, que pretende exhibir a los numerosos creadores que han merecido becas como ‘privilegiados’, mafiosos, arribistas, ociosos y abusivos”.
Se recuerda también que, ante las quejas de la comunidad, el Fonca convocó a un foro de consulta el 7 de marzo pasado con la comunidad artística y cultural del país en la Biblioteca México, al que califican de vergonzosa simulación de consulta.
Esto, precisan, porque no se presentó ningún proyecto concreto de reforma de la institución, ni documento que contuviera los cambios específicos en programas y convocatorias, su disposición presupuestal y, en su caso, las modificaciones a las leyes y ordenamientos que las rigen.
“Se presentó, en cambio, un diagnóstico de la institución elaborado con cifras tendenciosas, con el fin de estigmatizar a los beneficiarios (…) Los funcionarios, reiteradamente, demeritaron el trabajo de jurados y beneficiarios de la comunidad artística, que a lo largo de los años han concursado en convocatorias públicas, convirtiendo en un hecho deshonroso la obtención de un estímulo, cosa que encontramos inaceptable.”
Además de los ya mencionados, entre los firmantes aparecen Alberto Ruy Sánchez, Verónica Murguía, Ana Clavel, Carmen Leñero, Antonio Malpica, Enzia Verduchi, Luigi Amara, Efraín Bartolomé, Eduardo Milán, Jorge Esquinca, Gabriela Ortiz, Cecilia Lugo, Isabel Beteta, David Olguín, Berta Hiriart, Otto Minera, Saúl y Aarón Bitrán, Eloy Tarcisio, Betsabee Romero y Antonio Ortiz Gritón.
Fuente: La Jornada