La reconstrucción del Museo Nacional de Brasil es una mentira; la colección que reunió durante 200 años se quemó por ‘‘la negligencia del Estado brasileño y nunca podrá reconstruirse”, afirmó Luiz Philippe de Orleans e Braganca, heredero del último rey de Brasil.
Después de una reunión de Michel Temer, presidente de Brasil, con los ministros de Educación, Cultura, Planificación y Seguridad Institucional, se anunció que con la finalidad ‘‘de financiar proyectos de seguridad, modernización y prevención de incendios’’ se invertirán 25 millones de reales (unos 6 millones de dólares). Esa cifra servirá en parte para solventar la reconstrucción del edificio del Museo Nacional de Brasil y se suma a los 10 millones de reales (2.4 millones de dólares) anunciados el pasado lunes.
Respecto de la destrucción del recinto fundado por su ascendiente Juan VI, De Orleans acusó: ‘‘Doscientos años, trabajadores, investigadores, profesores que se dedicaron en cuerpo y alma (al museo)… el trabajo de su vida se quemó por la negligencia del Estado brasileño”.
‘‘Quienes afirman que el museo será reconstruido no dicen la verdad. El edificio podría reconstruirse, pero jamás la colección”, dijo el descendiente del monarca; éste habría creado las bases de la autonomía brasileña.
Al día de hoy, en la página en Internet del museo aparece la leyenda: ‘‘1818-2018. Momento de unión y de reconstruir”. Y publica: ‘‘LUTO. Nuestras exposiciones están cerradas debido al incendio que ha destruido gran parte de nuestras colecciones”. Recientemente se había lanzado una moneda conmemorativa por el bicentenario del recinto, en plata y bronce.
En el Louvre de Abu Dhabi, inaugurado en 2017, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, dijo: ‘‘En momentos que todo Brasil está conmocionado, Francia está dispuesta a ayudar a restaurar el Museo Nacional”.
Añadió: ‘‘Como el Louvre, es un símbolo de diálogo de las culturas. Con las llamas desapareció parte de la memoria de la humanidad”.
Ayer, investigadores y forenses esperaban acceder al museo para averiguar qué queda de los 20 millones de piezas del recinto.
Se aplicaron pruebas a la estructura para asegurarse de que no se vendrá abajo, en una edificación rodeada por el ejército brasileño para evitar saqueos de valiosos objetos que habrían resistido al fuego.
Fuente: La Jornada