Miguel Cabrera, a 250 años de su muerte

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Con el propósito de recordar y promover el legado vivo de uno de los artistas plásticos oaxaqueños más importantes de la historia, la Dirección de las Culturas ofreció la conferencia “250 aniversario luctuoso de Miguel Cabrera (1768-2018)”.

En la capilla del Centro Cultural San Pablo, el titular de la dependencia municipal, Carlos Spíndola Pérez Guerrero mencionó que la importancia de esta conmemoración radica en que el artista fue uno de los pintores novohispanos más importantes de su época y uno de los referentes a nivel internacional para entender el arte virreinal.

La ponencia estuvo a cargo de la investigadora Perla Miriam Jiménez Santos, quien mencionó que “fue un artista completo, capaz de transformar la iconografía novohispana, que no sólo pintó sino que además escribió y diseñó”, al tiempo de lamentar que por diversas circunstancias en Oaxaca no existe una obra del artista para que se pueda apreciar, pues se encuentran por ejemplo en Tepotzotlán en el Museo Nacional del Virreynato, en Taxto, así como en Estados Unidos y Europa.

Por otra parte, Spíndola Pérez Guerrero dijo que fue tal la fama y relevancia del artista que en su momento el Estado Vaticano lo nombró el reproductor autorizado de la imagen de la Virgen de Guadalupe, debido a su fidelidad y calidad en el trazo del sagrado ayate (tela de hilo confeccionada con la fibra del maguey que se emplea para cernir harina o para confeccionar bolsas).

Amenizada con los acordes de música de cámara de la época, los más de 30 asistentes pudieron conocer que el retrato de Sor Juana Inés de la Cruz realizado en 1750 es su obra más conocida, además sus retratos sobres las “castas”, le otorgan un gran reconocimiento, al documentar los distintos estratos sociales de la sociedad virreinal.

En su labor como catedrático, Cabrera fue uno de los maestros fundadores de que se consideraría como la primera academia mexicana de pintura.

Finalmente, se destacó que a 250 años de su fallecimiento esta fecha sirve como recordatorio de su vida y obra, a la par que se abren las puertas para que los investigadores sigan dando aportes que permitan conocer a estos personajes de la cultura universal y la oaxaqueña.

Miguel Cabrera

Miguel Cabrera (San Miguel Tlalixtac, Oaxaca, 1695 – México, 1768)  nació en el Valle de Oaxaca, pero se trasladó a la Ciudad de México, donde se convirtió en el pintor del Arzobispado, a eso obedece que parte de su legado se encuentre en la Catedral Metropolitana y en el Museo Nacional de Historia, recinto que resguarda una de sus obras más reproducidas.

Entre estas destaca el retrato de Sor Juana Inés de la Cruz, a la que pintó sentada portando su hábito y rodeada de libros. Se dice que la popularidad del artista aumentó en 1751 cuando realizó una copia de la Virgen de Guadalupe y que se mandó a la Santa Sede, convirtiéndose así, en el pintor guadalupano por excelencia.