Los libros de Jorge Ibargüengoitia (1928-1983) ya no incluirán en su portada los paisajes clásicos de la artista inglesa Joy Laville (1923-2018). A partir de este mes, Grupo Planeta lanzó una nueva imagen para los 16 títulos que contienen la obra del autor guanajuatense, con lo que se puso fin al matrimonio creativo que duró casi medio siglo, entre la obra del autor de títulos como Las muertas, Estas ruinas que ves y Los relámpagos de agosto y la creación artística de su esposa.
Con esta edición, que celebra 90 años del natalicio de Ibargüengoitia, se extingue la unión creativa y el gesto de amor entre autor y artista, tal como la propia Laville declaró, en entrevista, al hablar sobre la producción de estas portadas: “La relación entre literatura y arte fue una feliz coincidencia cuando hice esas portadas, fue un gesto de amor al escritor y a la literatura”.
La razón de este cambio, explicó a Excélsior la directora literaria de Grupo Planeta, Carmina Rufrancos, es presentar una imagen llamativa e irreverente, con portadas rompedoras que contengan un guiño al contenido de los libros y así atraer nuevos lectores y comercializar las ediciones electrónicas por primera vez.
La propuesta, aclaró Rufrancos, fue aprobada por Joy Laville, quien murió el pasado 13 en abril, y apuntó que también se modifican la maquetación y la tipografía, cuya idea le fue planteada a la artista, y ella aceptó.
“Ella nunca vio el tema (de las portadas) como un problema o como algo inamovible; ella nunca vio que fuera un problema o se atentara contra algo”, recordó. “El cambio fue a partir de conversaciones con Joy y su interés para que la obra de Ibargüengoitia se mantuviera viva. Siendo constantemente leída en el país, ella sentía, a lo mejor, que había necesidad de hacer algo con los libros para poder dar ese refreshment”.
Además, advirtió que hasta antes de esta edición ya se utilizaban negativos muy viejos, “algunos en mejor estado que otros y eso empezaba a notarse muchísimo en la impresión, por lo que volvimos a levantar la tipografía, a limpiar estas ediciones, tener tinta y letras nítidas sobre el papel y así estos libros puedan leerse más cómodamente”.
¿Cómo definiría las portadas?, se le cuestionó. “Son portadas rompedoras, portadas con un guiño al contenido de los libros y, por lo tanto, a la literatura de Ibargüengoitia, que tienen un poco de su mirada, de la mirada que él tenía en México sobre la vida cotidiana, sobre nosotros, el mundo y la vida… porque tienen una carga irónica, irreverente y con un sentido del humor negro y muy especial”.
DEBÍA RENOVARLO
Rufrancos recordó que la primera idea para modificar las portadas de Ibargüengoitia —publicadas originalmente bajo el sello Joaquín Mortiz—, nació en 2008 y le siguió un trabajo a cuentagotas, pese a que la propia directora literaria de Planeta, en noviembre de 2013, reconoció a este diario que esas portadas “se han convertido en un sello distintivo” del autor.
“Mira, el cambio tomó mucho tiempo desde que se platicó con Joy, al revisar algunas estéticas que veníamos trabajando; fue un trabajo de mucho tiempo y muchas conversaciones. No fue la decisión de un minuto a otro”.
¿Podría describir ese proceso de trabajo? “Fue un trabajo a cuentagotas. Hace diez años se comentó por primera vez en alguna conversación. Todos nos quedamos con eso en la cabeza. Al año siguiente se retomó e intercambiamos ideas; no fueron diez años de trabajo entero, pero sí de irlo madurando. Pero la labor constante, levantar la tipografía y empezar los bocetos, revisar cosas que iban, venían, se tachaban y comentaban, fue del último año y medio”.
¿Por qué Laville modificaría la imagen clásica de las portadas? “Ella sentía que debía renovarlo. Supongo que tenía que ver con una mirada muy particular de Joy, al observar lo que estaba pasando en el mundo después de tanto tiempo y ver que era necesario acercarse a nuevos lectores, y que la posibilidad de llegar a ellos era darle una vuelta a lo que ya se venía manejando durante tanto tiempo”.
¿Por qué se optó por algo tan distinto? “La intención era hacer algo diferente y notorio, sin atentar contra el contenido y el espíritu de la literatura de Jorge. ¡Y claro! Queremos ganar nuevos lectores que hasta hoy no se habían aproximado a su obra y, probablemente, al ver estas portadas tan diferentes en la mesa de novedades haga que los lectores se acerquen a ella”.
¿Estas portadas captarán nuevos lectores? “Nuestra parte es ayudar a que los lectores lleguen a esta obra por la vía de una portada. Además, en el caso de quienes tienen incompleta la colección de títulos de Ibargüengoitia o que quieran renovar su biblioteca… ésta va a ser una oportunidad”.
¿A qué fotógrafos se acudió para ilustrar esta nueva edición? “Son de autores variados… algunas anónimas; buscamos imágenes de diversas épocas en varios archivos, pero no son de un autor”.
¿Se redujo el número de títulos? “Son 16 títulos en total. Sin embargo, para esta nueva edición se compiló su teatro reunido en un solo tomo, y no en tres como antes”.
¿Por qué Planeta no consideró importante preservar, de alguna manera, el matrimonio creativo entre Laville e Ibargüengoitia? “Lo que ocurre es que llegamos a estas portadas a partir de conversaciones con Joy. A final de cuentas fue una idea concebida en conjunto.
“Y si ella —que estaba detrás del anterior diseño de las portadas— sentía la necesidad de hacer un cambio, nosotros nos sumamos a su inquietud. Fue algo que se comentó y se conversó durante mucho tiempo… Nosotros no íbamos a ser impositivos al decirle que no habría que cambiar; era una inquietud de ella y nosotros también veíamos que podía haber una oportunidad interesante de acercarse a otros públicos y se siguió adelante”, concluyó Rufrancos.
En pos de nuevos lectores
Según el sello Planeta, la intención de este cambio radical en las portadas de los libros de Ibargüengoitia es presentar una imagen llamativa e irreverente, atraer nuevos lectores y vender las versiones electrónicas por primera vez.
Fuente: Excélsior