JERUSALÉN (AP) — Hamas, el grupo insurgente que gobierna la Franja de Gaza, lanzó al amanecer del sábado un ataque múltiple sin precedentes contra Israel, disparando miles de proyectiles mientras decenas de combatientes cruzaban la protegida frontera por tierra, mar y aire y pillando al país desprevenido en un importante feriado.
Varias horas después del inicio de la invasión, los insurgentes de Hamas seguían librando tiroteos en el interior de varias comunidades israelíes en una sorpresiva demostración de fuerza que conmocionó al país.
El servicio de emergencias israelí reporta ya más de 500 personas muertas y cientos más resultaron heridas en la incursión, que es el ataque más letal registrado en suelo israelí en años.
Israel declara el estado guerra tras un ataque de las milicias de Gaza por tierra y aire. Los servicios de rescate israelíes confirman que Hamás reivindica el lanzamiento de más de 5 mil cohetes.
Las redes sociales se llenaron de videos de combatientes de Hamas desfilando por las calles en lo que parecían ser vehículos militares robados y de al menos un soldado israelí muerto dentro de Gaza arrastrado y pateado por una multitud palestina enfurecida al grito de “Dios es grande”.
Videos publicados por Hamas parecían mostrar a al menos tres soldados israelíes capturados con vida. El ejército se negó a ofrecer detalles sobre bajas o secuestros mientras seguía combatiendo a los infiltrados.
“Estamos en guerra”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un discurso televisado en el que anunció una movilización masiva de reservistas del ejército. “No (en) una ‘operación’, no (en) un ‘asalto’, sino en guerra”.
“El enemigo pagará un precio sin precedentes”, agregó prometiendo que Israel “devolverá el fuego con una magnitud que el enemigo no ha conocido”.
En una reunión con altos cargos de seguridad más tarde en el día, Netanyahu dijo que la principal prioridad era “limpiar la zona” de infiltrados y, después, “cobrar un precio enorme al enemigo” y proteger otras zonas para que ningún otro grupo insurgente se una a la guerra.
La grave invasión coincide con el Simjat Torá, un día normalmente festivo en el que los judíos completan el ciclo anual de lectura de su libro sagrado, la torá, y revivió el doloroso recuerdo de la Guerra de Yom Kipur de 1973 casi 50 años después. Entonces, los enemigos de Israel lanzaron un ataque sorpresa en el día más sagrado del calendario judío.
Las comparaciones con uno de los momentos más traumáticos en la historia israelí agudizaron las críticas a Netanyahu y a sus aliados de ultraderecha, que han defendido medidas más agresivas contra las amenazas procedentes de Gaza. Los comentaristas políticos criticaron al gobierno por incapacidad para anticipar lo que parecía un ataque inédito de Hamas por su nivel de planificación y coordinación.
No estuvo claro de inmediato qué motivó el operativo de Hamas, que seguramente requirió meses de preparación.
Pero en el último año, el gobierno de ultraderecha de Israel ha acelerado la construcción de asentamientos en la Cisjordania ocupada, la violencia de los colonos ha desplazado a cientos de palestinos que vivían en esas zonas y se han incrementado las tensiones en torno a lugar sagrado para judíos y musulmanes en Jerusalén.
El esquivo líder del brazo militar de Hamas, Mohammed Deif, anunció el inicio de lo que llamó “Operación Tormenta de Al-Aqsa”. El complejo de la mezquita de Al-Aqsa, ubicado en la Ciudad Vieja de Jerusalén, es el tercer lugar más sagrado del islam y el primero para los judíos, que se refieren a él como Monte del Templo.
“Basta ya”, dijo Deif, quien no se deja ver en público, en un mensaje grabado en el que pidió a los palestinos desde Jerusalén este y hasta el norte de Israel que se unan a la lucha. “Hoy el pueblo recupera su revolución”.