Managua.- La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, mostró este jueves la “absoluta disposición” del Gobierno a acudir a la mesa de diálogo nacional “sin limitaciones” y “con el corazón abierto” para superar la crisis desatada tras varias protestas civiles que ya han dejado al menos 45 muertos.
“Reiteramos nuestra absoluta disposición a participar como los obispos nos están convocando al diálogo nacional, en el momento y en las modalidades que los obispos decidan”, indicó la Primera Dama.
La dignataria, quien calificó este momento como “una nueva etapa de reconciliación”, anunció que el Ejecutivo “conversará todos los problemas sin ninguna limitación y todo los temas que necesitemos conversar para encontrar soluciones en la mesa de diálogo” con el objetivo de “facilitar ese camino al diálogo, la paz y la no violencia”.
“Nuestro gobierno en plena y absoluta disposición de acudir al llamado de la Conferencia Episcopal de Nicaragua a sentarnos en la mesa de diálogo con el corazón abierto”, concluyó Rosario Murillo.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua, mediadora y testigo de un diálogo para solucionar la grave crisis sociopolítica, abogó hoy por lograr, a través de negociaciones, “una auténtica democracia” en esta nación centroamericana.
Los obispos de Nicaragua “creemos que el objetivo de este diálogo nacional debe de ser revisar el sistema político de Nicaragua desde su raíz, para lograr una auténtica democracia”, indicó el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes, al leer un comunicado.
El Episcopado también reafirmó que dará un mes de plazo al Gobierno de Ortega para que cumpla los acuerdos de un eventual diálogo nacional.
“Los obispos de Nicaragua hemos creído conveniente que al mes de haber iniciado el diálogo nacional haremos un alto para valorar la voluntad, la implementación y el cumplimiento serio y real al que han llegado las partes”, anotó la Iglesia católica.
Nicaragua atraviesa una crisis que hoy cumple dieciséis días, debido a multitudinarias manifestaciones a favor y en contra del presidente Ortega, que iniciaron por reclamos a unas medidas de seguridad social y continuaron a pesar de que el mandatario revocó su decisión, debido a las múltiples muertes causadas por la represión.
Desde que comenzaron las protestas hace más de dos semanas, los enfrentamientos violentos que se produjeron en Nicaragua dejaron al menos 45 muertos, la mayoría entre el 18 y el 22 de abril pasado, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), mientras que otras organizaciones humanitarias elevaron a 63 los fallecidos.
Un nuevo enfrentamiento en la madrugada de este jueves entre estudiantes universitarios y grupos afines al Gobierno se saldó con al menos 6 heridos, uno de ellos de gravedad.
Nicaragua vive pendiente del comienzo del diálogo que protagonizarán el Gobierno y el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), con la Conferencia Episcopal (CEN) como mediadora, aunque todavía no se ha establecido una fecha para su celebración.
Fuente: Excélsior