Exhortan los SSO a vivir un noviazgo libre de violencia

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El noviazgo es una etapa de conocimiento y convivencia entre dos personas en la cual deberían establecerse valores de comunicación, confianza, compromiso y respeto, afirmó la coordinadora de enlace de investigación, de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), Rosalilia García Kavanagh.

Y es que en muchas de las ocasiones “las mujeres no identifican la violencia a través del control que su pareja ejerce sobre ellas; los celos, el control de amistades (pregunta dónde y con quién estoy porque me cuida), de la forma de vestir, del celular (revisa mi teléfono de broma) o el tiempo que pasan juntos”, señaló la especialista.

Asimismo, informó que se falta al respeto cuando la integridad es abusada a través de bromas hirientes, chantajes, celos, culpabilidad “él suele decir: actúo así porque tú haces que me enoje”, humillación, desvalorización, descalificación y forzamiento a prácticas sexuales no deseadas.

Destacó que la forma de violencia más conocida y grave es la física, que puede iniciar disfrazada como caricias agresivas, golpes “jugando”, pellizcos, jaloneos hasta llegar a las amenazas con objetos e incluso a las lesiones con armas, por lo que invitó a calificar las relaciones de pareja con el “violentómetro” y poner especial atención en los colores.

Detalló que ante un panorama de no identificación de violencia, dijo que en la entidad por lo menos el 40 por ciento de la población femenina ha sufrido violencia de género, misma que inicia en muchas de las ocasiones desde el noviazgo y se manifiesta por el abuso físico, emocional, económico o sexual.

Agregó que este problema tiene su origen en los “roles erróneos de género” ya que a los varones se les impone no llorar, no demostrar debilidad o afecto, utilizar la violencia para resolver conflictos, entre otros; mientras que a la mujer se le solicita sumisa, callada, abnegada, supeditada al ámbito doméstico y se le confiere el trabajo en casa. Los cuales deben modificarse para estar acorde a necesidades sociales y culturales que evolucionan.

Estas prácticas erróneas o disfuncionales que conducen a la violencia, tienen consecuencias físicas en los hombres (alcoholismo, drogadicción, infecciones de transmisión sexual y accidentes automovilísticos) en tanto que en la mujer se manifiesta con ansiedad, depresión, colitis, gastritis, intentos de suicidio y suicidio.

Finalmente dijo que la mejor persona para cuidar la relación, es uno mismo, no se deben ignorar las observaciones ni los sentimientos, que no se guarden bajo la teoría de: las cosas van a cambiar por sí solas, las personas cambiamos nuestra actitud, porque la violencia también se mide.