El revolucionario institucional está en un momento difícil de credibilidad por diferentes casos, de impacto social, a nivel nacional, como lo es, el actuar de los ex gobernadores que están detenidos o están prófugos de la jisticia, aunado el efecto peje, que guste o no influye a pesar de no tener un proyecto nacional con fundamento para ser presidente de la República.
Pero últimamente José Antonio Meade está tomando aire y está quitándole el segundo lugar a Anaya, la razón, muy simple, dejo a un lado el ser muy propio y formal que en una campaña electoral no funciona del todo bien y se puso la camiseta del PRI sin temor y sin vergüenza, en el entendido que los malos actos de otros son de aquéllos y tienen nombre y apellido y que él si no es un santo porque nadie lo es, pero no tiene tanta cola que le pisen que puede salir a pedir el voto con la frente en alto, además que al ponerse la camiseta de su partido, hace que la militancia se identifique con él.
Por otro lado, los operadores políticos y electorales del revolucionario institucional están comprometidos y saben hacer su chamba, que pueden ser la gran diferencia, al tocar de manera emocional al priísmo que está sentado, por desidia, por molestia, por la razón que sea, pero que está ahí comprome toda con su partido y con sus candidatos; y que el primero de julio será fundamental para poder llevar al triunfo a José Antonio Meade.
El PRI sin duda tiene posibilidades reales de ser quién gane la elección presidencial, aunque muchos lo duden. Pero como siempre amigo lector, usted tiene la última palabra al respecto.