El descubrimiento y la exploración del primer tecpan o palacio de gobernanza prehispánico hallado en territorio tepaneca, ubicado en el predio donde planea construir su sede en Coyoacán, le ha costado a la Academia Mexicana de la Lengua (AML) un millón 200 mil pesos.
Efraín Hernández López, titular de la Unidad de Auditoría Interna de la AML, detalla en entrevista que este es el monto que han erogado de mayo de 2017, cuando los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) empezaron los trabajos, a la fecha; lo que ha constituido la primera temporada de excavación, más una adenda que termina este miércoles 15 de agosto.
“Tuvimos que cubrir los gastos porque el INAH no tiene presupuesto para trabajos de salvamento. En una primera etapa encontraron el tecpan y luego se acordó, mediante convenio, una adenda para ampliar las investigaciones. En la medida en que fueron descubriendo más estructuras, se fueron alargando y ampliando las muestras para verificarlas. Esto implicó más tiempo, más arqueólogos y trabajadores”, afirma el auditor.
Hernández López y Mario Javier Juárez Lagunas, también auditor de la Academia, han supervisado de cerca las labores de exploración en el predio de 11 mil metros cuadrados, ubicado en Francisco Sosa 440, donado a esta asociación por el entonces Conaculta el 23 de octubre de 2012, tras adquirirlo en 100 millones de pesos, para que construyera su sede definitiva.
Tras cinco años y medio de realizar una veintena de trámites para que la delegación les otorgue la Manifestación de Construcción (antes permiso), la AML aún no ha podido poner la primera piedra debido a este hallazgo prehispánico y a otro requisito que aún no les entregan: la Declaración de Impacto Ambiental.
“La parte baja ya la tenemos liberada para construir. La alta hasta que el INAH determine. Nos darán un dictamen técnico final. Pero, como siguen hallando vestigios, tendremos otra reunión con el director de Salvamento, para que nos digan qué prosigue”, comenta Efraín Hernández, quien está al pendiente de que se pague a tiempo a los 12 trabajadores y dos vigilantes y que se compren los impermeables, picos y palas que se requieran.
Por su parte, Jaime Labastida, director de la Academia, comenta que le han dado al INAH todas las facilidades. “Les hemos pagado todo lo necesario, lo que ellos nos han solicitado para explorar el hallazgo y ampliarlo. Nos parece simbólico que los cimientos de la Academia estén apoyados en una estructura prehispánica, porque es el primer hallazgo arqueológico encima de la zona volcánica del Xitle”.
El poeta y filósofo espera que pronto puedan comenzar la construcción de su sede en el predio, cuyo propietario original fue el ingeniero Miguel Ángel de Quevedo (1859-1946), y destaca que le han pedido al INAH tres cosas.
“Primero que, cuando termine los estudios, nos entregue una memoria; segundo, quisiéramos cubrir una parte con un cristal, hacer una ventana arqueológica, para que la gente pueda ver los vestigios; y tercero, que nos ayude a construir un museo de sitio”, indica.
Labastida indica que la SEP dará para la construcción unos 148 millones pesos
¿ENTIERROS?
Juan Cervantes Rosado, de Salvamento Arqueológico del INAH, afirma, durante un recorrido por la zona que realizó Excélsior, que los trabajos de exploración deben continuar debido a la cantidad de vestigios encontrados y a que existe la posibilidad de que haya entierros humanos en los cuartos.
“Haría falta una segunda temporada por las dimensiones del edificio, pues del terreno de mil 400 metros cuadrados que hemos explorado en un 80 por ciento, mil 200 son construcción prehispánica. Tenemos siete cuartos registrados. Hemos encontrado cimientos, muros de adobe y piedra, tal vez una escalera y diez mil bolsas de material arqueológico (figurillas, cerámica y tepalcates).
Como era un espacio de carácter político, no esperamos encontrar ofrendas. Pero tal vez halla entierros humanos en los cuartos, porque en los tecpan vivía el señor con su familia. Hemos excavado sólo el área, se tendría que profundizar en los cuartos”, señala.
El arqueólogo añade que la AML y el INAH deben llegar a un punto medio, tener un acuerdo, porque los planos de la nueva sede justo cubren la totalidad del tecpan. “No es buena combinación un edificio prehispánico grande y un plano moderno extendido”.
Destaca que el problema es que la cimentación de la obra nueva llega hasta la roca madre. “Esto quiere decir que van a destruir lo que hay donde abrirán las zanjas de cimentación, los vestigios desaparecerán. Debemos hacer los trabajos hasta ese nivel. No es problema que haya una obra, pero sí debemos hacer el registro”.
Dice que entre más personal labore, se puede avanzar más rápido. “Ahora tenemos a tres arqueólogas, dos en excavación y una en análisis de material, y 12 trabajadores. Es poco para la dimensión del área”.
Cervantes Rosado recuerda que la exploración de esta compleja estructura, construida hacia el año 1300 de nuestra era, es una oportunidad inigualable de conocer la arquitectura colectiva que caracterizaba a estos palacios, donde se realizaban funciones administrativas.
Explica que se conocen poco, que a la fecha sólo se han descubierto cuatro tecpan en lo que fue Acolhuacan, Texcoco: Chiconautla, Chimalhuacán, Acozac y Cihuatecpan.
“Estos vestigios del antiguo palacio de Atenco Omac, construido con piedra volcánica y de río aglutinadas, son los primeros hallados en territorio tepaneca”, asegura.
“Hay mucho por descubrir en esta plataforma rectangular, que se ha conservado casi completa por ubicarse en las afueras de la ciudad”, concluye el investigador.
Fuente: Excélsior