Carmen Páramo: Imagen y palabra

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Para Carmen Páramo (Granada, España; @carmenoroparamo en TW) la imagen está unida a la palabra y ésta a la imagen, ¿Cuál es el orden? No lo hay, una y otra se prolongan en una simbiosis, en saber que, dice Carmen Páramo a través del correo electrónico, que “soy una naturaleza que almacena imágenes y pone un espejo ante ellas”; y agrega: “tengo la necesidad de exponerme, a pesar de la angustia de que me vuelvan las palabras, como un eco oscuro, delirante, en una voz que no es la mía”. Y para lograrlo ha recurrido a la imagen –la propia, la ajena, la de la naturaleza— y a la creación poética en un formato singular no exento de hondura que a través del lente de la cámara captura.

“Para mí la fotografía es el arte de “ver”, pero ver lo oculto o lo que es demasiado evidente a priori para captar nuestra atención y pasa inadvertido. Ver como un concepto amplio de interpretación de lo observado a través de una poética individual y sentido estético único”, logrado a través de una poética de la visión, una visión que se asume “como un don, del don de  los visionarios, también de los voyeur, de los adictos a deglutir imágenes pero con el afán de revelar un mensaje, o materializar la belleza, detenerla. Se fotografía a través una exacerbada promiscuidad del ojo, y una búsqueda inagotable de “visiones”, el fotógrafo es un rastreador insaciable para que no mueran las emociones y se puedan revivir un número ilimitado de veces”.

Esa búsqueda de permanencia de la imagen revivida “un número ilimitado de veces” alcanzó, en la otra orilla, la imagen y la palabra del fotógrafo mexicano Daniel Isaac Mendoza. Con él, “recientemente hemos acabado la maqueta de un libro de imágenes y poesía, ligando nuestros trabajos por separado en el desnudo en relación con las demás artes. La influencia del cine, de la historia de las civilizaciones es notoria en cada página que conforma el mismo, quedando una obra que une dos procesos creativos de mucho tiempo y que significa abrir nuestras propias vidas al lector.”. Agregando que esta declaración la hace por primera vez y Siete Días Oaxaca ha sido el medio elegido: “Por primera vez un medio nos escucha hablar de ello”, de ahí qué “gradecemos muchísimo la inmensa ocasión que nos da esta entrevista”.

Sin sombra duda Carmen pondera enormemente el trabajo de Mendoza cuando señala que: “Es el primer autor que para mí consigue subir de las profundidades muchos aspectos tabú en la muerte y la sexualidad, de manera tan abierta, y tan sumamente talentosa… Isaac es un poeta que me atrapó de inmediato, por su intensidad sin parangón, en la dimensión que alcanza la muerte y el erotismo en su obra… Por eso decidí trabajar y unir mi historia a la suya, porque coincidimos en la manera de desnudarnos ante la cámara y el papel, y pensamos que haciendo este libro, podríamos hacer una alquimia de almas que atrapase al espectador”.

La poética de Carmen Páramo supone también una declaración de principios: “Elegí no solo tomar el espejo Domarlo ceñirlo a mí Aprender su oleaje Volver su reflejo Resignación y amplitud”. Si me permite plantearlo así –le pregunto- leo ahí una declaración de principios sobre su obra. Una declaración que, por lo demás, me parece vinculada a un tuit donde cita a Walt Whitman que publicó el 29 de julio pasado. ¿Coincide usted conmigo o soy un mal lector de su trabajo?

“En absoluto –responde— creo que es muy buen lector. La obra de Whitman fue definitiva para mí, para lograr encontrar un objeto de estudio. Y lo que más interesa es esa mimesis del hombre con su entorno, el interés por tomar lo inanimado y hacerlo parte de la piel, de la emoción, el saber que todo lo humano nos atañe y nos une, incluso la locura”.

Y agrega: “El cómo nos ven los demás debe estar en nuestra creación, en cómo se ve el hombre a través del otro. Debemos aprender qué son las cosas probándolas y no solo mirándolas, hay que tomar el mundo y sumergirse en él, amarlo y odiarlo para poder hablar de él. Del Arte y de la vida, me interesa experimentar más que crear por crear. Por eso en el desnudo, investigo desde sus inicios, cómo ha influido y evolucionado el pensamiento y se ha ido transformando la manera de captar el cuerpo desde lo pictórico a lo visceral. Y ahora puedo decir que lo hermoso es que ninguna visión por separado, sino cómo la influencia de todas esas corrientes, pueden ser expresadas y ver que ninguna de ellas se han perdido, y de deben recuperar. Intento hacer una labor de compilación de todas esas potentes visiones en la mujer para que ella siga experimentando y conociéndose a sí misma”.

Sobre la imagen y la palabra, Carmen advierte que: “Siempre apresé los recuerdos a través de imágenes potentes que al llegar a casa intentaba traducir con palabras, para llegar al lector de una manera que fuese capaz de ponerse en mi piel y ver lo que yo veía en ese momento. Quería hacer participar al lector y dejarle a él que también tradujese mi poesía. Y para unir ambas cosas, es esencial el arrojo y la no adulteración de lo vivido, el ser capaz de transcribir la fuerte impresión que se produce en la mente del que apresa la imagen, con las palabras que le corresponden a ese estado de exaltación visual… pienso que también es esencial catapultar esto a través de una fotografía lo más cruda posible, lo más natural que se sea capaz a como se ve interiormente. Para mí la fotografía es indisoluble con la formulación mental del artista. No solo vale captar sino que hay que someter al pensamiento de lo que se capta o queda borroso, para que de esa nebulosa se extraiga un mensaje”.

Sobre los elementos predominantes de su trabajo – el paisaje en sus diferentes manifestaciones con el predominio de lo acuático –mar, lago, río— el cuerpo humano, particularmente femenino, y el autorretrato. la artista española indica que: “Es así, por lo menos por ahora, que mi trabajo se ha centrado en esos tres grandes bloques, pues como digo siempre me ha interesado el cuerpo como elemento de belleza y reflexión, está cosido a la naturaleza. Él puede darnos una información acerca de los sentimientos, el deseo y las emociones más ocultas, y su relación con el olvido y la memoria, el paso del tiempo y lo real. He querido centrarme en el autorretrato para también expresar el telón de mi inconsciente a través de lo visual. En esto ha influido notablemente en mi obra mi interés por el psicoanálisis y el cine. Todo ello me ha llevado a tener que desnudarme no sólo física sino mentalmente. Y quizá así poder servir de base para otros posteriores trabajos con otras personas que estén dispuestas a dejarse “desnudar” por mí.

Al respecto del trabajo con el fotógrafo mexicano Daniel Isaac Mendoza, Carmen Páramo indica: “Actualmente estamos esperando que alguna editorial o lanzadera se interese por nuestro libro para servir de base para futuras exposiciones. Estamos deseando que nuestro trabajo salga a la luz y esperamos esa oportunidad. Es por ello que agradecemos muchísimo la inmensa ocasión que nos da esta entrevista. Queremos que nuestra obra fotográfica y poética sea un puente de la palabra al acto”.

Columna Anaquel de Omar González