Redacción
Conmoción e indignación ha causado la muerte de ya 40 migrantes que fallecieron en un incendio registrado la noche de este lunes en el área de alojamiento de la Estancia Provisional de Ciudad Juárez, Chihuahua, mientras se encontraban privados de su libertad y en proceso de ser deportados a sus países de origen.
De acuerdo a datos proporcionados por el Instituto Nacional de Migración (INM), además de los fallecidos hay dos más en un hospital al que fueron trasladados y 29 personas con lesiones y quemaduras de distinta gravedad. La situación a puesto al país en un escenario complicado.
Evidenciado en la peor tragedia que ha sucedido en uno de sus centros de detención, el INM anunció que se hará cargo de los gastos funerarios de los fallecidos y entregará tarjetas de visitante por razones humanitarias a sus familiares. Sin embargo, su situación está entredicho, pues en redes sociales circula un video donde personal del instituto deja deliberadamente a los migrantes encerrados.
La tragedia provocó una indignación generalizada en México, la cual abarcó a varias voces de la ONU, organizaciones defensoras de derechos humanos –nacionales y extranjeras–, actores políticos de todos los partidos, líderes de opinión y entre la comunidad migrante estancada en Ciudad Juárez.
Por su parte, la Fiscalía General de la República (FGR) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) anunciaron la apertura de investigaciones, Francisco Garduño Yáñez, comisionado del INM, acudió a la ciudad fronteriza para constatar el desastre.
Según se ha especificado el percance inició en el área de alojamiento de la Estancia Provisional que en INM tiene ubicada a un costado del Puente Internacional Lerdo-Stanton y que habrían sido los propios migrantes quienes iniciaron el fuego en el área donde se alojan los varones, por una presunta protesta por ser deportados.
El INM reportó que en el alojamiento provisional se encontraban en total 68 hombres mayores de edad, quienes eran migrantes de Centroamérica y Sudamérica. Muchos de ellos pernoctaban ahí desde hace varios meses, a la espera de que el gobierno de Estados Unidos les permitiera tramitar su solicitud de asilo político.